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“La mansión de la costa”

“La mansión de la costa”

Kimono de cola negro, realizado en crepe acabado mate. Las solapas del delantero están acortadas. Manga kimono. El kimono está forrado con un tejido estampado 100% algodón, con motivos florales de crisantemos, en colores carmesí, dorado, blanco y verde apagado. Vestido interior negro de bambula de algodón (acabados a mano).

LA MANSIÓN DE LA COSTA

"Hubo un príncipe llamado Koretaka que poseía un palacio en Minase, más allá de Miyazaki, y cada año iba allí en la época en que las flores de los cerezos alcanzan el máximo esplendor. En estas visitas, el Príncipe no prestaba demasiada atención a la caza, y prefería dedicar el tiempo a beber sake y componer poemas. Un día en que habían salido de caza vieron unos cerezos de gran belleza en una mansión de la costa de Katano. Bajaron de los caballos, se sentaron bajo los cerezos y se adornaron los cabellos con sus ramas. Comenzaron a escribir poemas, uno de ellos recitó:

¡Con qué paz llegaría la primavera a nuestros corazones si no existieran las flores de cerezo!

Otro dijo:

Si tanto amamos las flores de cerezo es porque en breve mueren: ¿Hay algo en este mundo que dure para siempre?

Al anochecer, ya de regreso a la mansión de Minase, se encontraron con otros miembros del séquito del Príncipe. Buscando algún lugar adecuado para sentarse a beber, llegaron a uno llamado Amanogawa ("Río Celeste"). Mientras le ofrecían una copa de sake, el Príncipe solicitó que mientras le servían el licor le recitaran un poema sobre el tema: "llegando a Amanogawa, tras cazar en Katano". Él recitó:

Ya que la caza hasta el Río Celeste nos ha traído, quizás nos acoja esta noche la famosa Hilandera.

Ki no Aritsune recitó:

No creo que ella, que una noche tan sólo pasa cada año junto al hombre al que espera, reciba a ningún otro.

De regreso a la mansión, pasaron toda la noche bebiendo y contando historias. Cuando, finalmente, el Príncipe, que había bebido bastante, se disponía a retirarse, un hombre recitó:

¿Por qué la luna se retira tan pronto, sin saciar mi mirada? ¿No le huirán los montes, evitando ocultarla?

En nombre del Príncipe, Ki no Aritsune replicó:

¡Si sólo llanos coronaran los montes, en vez de picos, y no hallara la luna lugar donde ocultarse!"

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